Desbloquear nuestro Android, trae muchísimas ventajas. Usualmente, cuando compramos y usamos un teléfono con Android, estamos utilizándolo como un “usuario”. Es decir, tenemos algunas restricciones en cuanto a lo que podemos hacer.
Cuando “rooteamos” o conseguimos “root” en el teléfono, sin embargo, significa que ganamos los privilegios de administrador, debloqueamos su potencial. Esto no sólo nos da acceso total al teléfono, sino que además, nos permite instalar programas que aumentarán la velocidad del teléfono (haciendo un overclock), nos permitirá incluso bajarle la velocidad para ahorrar batería, compartir la conexión a internet 3G vía WiFi, e incluso instalar ROMs personalizados (versiones modificadas de Android por usuarios que, en algunos casos, es superior incluso a la lanzada por Google). En pocas palabras, tener root en nuestro teléfono trae obvias ventajas.
Un monton de cosas libres, y desbloqueadas.
Cuando “rooteamos” o conseguimos “root” en el teléfono, sin embargo, significa que ganamos los privilegios de administrador, debloqueamos su potencial. Esto no sólo nos da acceso total al teléfono, sino que además, nos permite instalar programas que aumentarán la velocidad del teléfono (haciendo un overclock), nos permitirá incluso bajarle la velocidad para ahorrar batería, compartir la conexión a internet 3G vía WiFi, e incluso instalar ROMs personalizados (versiones modificadas de Android por usuarios que, en algunos casos, es superior incluso a la lanzada por Google). En pocas palabras, tener root en nuestro teléfono trae obvias ventajas.
Un monton de cosas libres, y desbloqueadas.